martes, 21 de octubre de 2014

RECORDANDO A MALCOLM LOWRY, e da man DE JOUMANA HADDAD (10 de Novembro)

O día dez de novembro (Na Biblioteca central, de Ferrol, como sempre, as sete e media), co DÍA DE TODOS OS MORTOS recen celebrado, e o outono surtindonos de brasas pra os frios que xa fociñan nas veiras, lembraremos a MALCOLM LOWRY, un dos creadores mais sinxelos, mais queridos.
Leremos poemas, sempre tan pouco conocidos, poemas que nos levaran ao viaxe alucinado que como Firmin, O CÓNSUL, tendra o alcohol como o elemento-medio que cose a morte e o amor, as perdas e as derrotas, ao dorso da luz que nos cega.
Sera o amor, e a morte, ás coordenadas nas que se moveran, tamen os poemas, as emocions que nun naufraxio encantado, nos trasportaran sempre ata o final da longa noite.

E como colofon sera JOUMANA HADDAD, a que nos rescatara cara a superficie do día, onde loita e vida misturanse cos soños, e sempre a liberdade ata na morte.



UN POEMA DE MALCOLM LOWRY


NOCIONES DE LIBERTAD
Nociones de libertad se enlazan con el trago.
Nuestra vida ideal contiene una cantina
Donde el hombre puede sentarse y platicar o pensar nada más,
Sin miedo alguno al dragón caballeresco,
O incluso otra cantina donde suele aparecer.
No hay letreros de ‘Hoy no se fía, mañana sí’,
Y, haciendo a un lado las cervezas ilimitadas,
Nos sentamos borrachos sin ataduras y locos por editar
Panfletos de una tierra de veras mejor donde el hombre
Pueda beber un exquisito, ah, un no destilado vino,
Que sutil intoxica sin dolor alguno,
Tejiendo la visión de un refugio incomparable
Donde podamos beber por siempre sin deber,
Con las puertas abiertas, y el viento soplando.

CONSUELO
No eres el primer hombre con convulsiones,
Los vahídos, los horrores; que usa chancletas
Escarlata, ni siquiera la invencible callejera
Perseguida por ojos como redes. Inclinándose, duele
La cara de hierro con ojos ágatas, y despierta
El ángel guardián, ve el pasado,
Un Partenón de posibilidades…
No eres el primer hombre sorprendido en mentira,
Ni al que se le dice “te estás muriendo”.


DOS POEMAS DE JOUMANA HADDAD

Soy una mujer

Nadie puede adivinar
lo que digo cuando estoy en silencio,
a quién veo cuando cierro los ojos,
cómo me entusiasmo cuando me entusiasmo,
lo que busco cuando extiendo mis manos.
Nadie, nadie sabe
cuando tengo hambre, cuando inicio un viaje,
cuando camino, y cuando estoy perdida.
Y nadie sabe
que mi viaje es un retorno
y mi regreso es una abstención,
que mi debilidad es una máscara,
y que lo que viene es una tempestad.

Ellos creen que saben
y eso les hago creer,
y resulta que yo soy.

Me metieron en una jaula para que
mi libertad fuera un regalo de ellos,
y tengo que darles las gracias y obedecer.
Pero soy libre antes que ellos, después de ellos,
con ellos, sin ellos.
Soy libre en mi represión, en mi derrota.
¡Mi prisión es lo que deseo!
La llave de la prisión puede ser su lengua,
pero su lengua está enrollada en el deseo de mis dedos,
y a mi deseo nada puedo ordenarle
yo soy una mujer,
ellos se creen dueños de mi libertad.
Eso les hago creer,
y resulta que soy yo.


Tengo un cuerpo.

Tengo un cuerpo esperando en el fondo del océano.
Tengo un cuerpo que es como un volcán,
cuyo cráter lame el agua
para que no arroje placer antes que el amor llegue.
Tengo un cuerpo que no conozco.
Puede ser un grano de arena
o un pez rojo
o una perla en una concha.
Pero voy a descubrir su sabor
con dos labios ardientes
y una lengua que entrará
y con la lava hará un sonido
como entrar en el paraíso.

En el fondo del océano,
dentro de las burbujas del deseo,
tengo un cuerpo para ti,
y tengo una mañana y una eternidad:
una mañana en la que llegarás a mí
y una eternidad en la que se abrirá la caparazón
poco a poco,

con toda la lentitud que deseo

y para la que estás capacitado.

lunes, 13 de octubre de 2014

El budismo y la revolución venidera (Gary Snyder)






El budismo y la revolución venidera (Gary Snyder)

El budismo y la revolución venidera

Gary Snyder


Desde un punto de vista budista, la ignorancia que se proyecta en el miedo y el vano apetito impide toda manifestación natural. Históricamente, los filósofos budistas no han sabido analizar hasta qué punto la ignorancia y el sufrimiento eran debidos o favorecidos por factores sociales, considerando el temor y el deseo como hechos intrínsecos a la condición humana. Así, la filosofía budista se interesó principalmente por la teoría del conocimiento y por la psicología en detrimento del estudio de los problemas históricos o sociológicos. Aunque el budismo Mahayana posee una amplia visión de la salvación universal, su realización efectiva se ha concretizado en el desarrollo de sistemas prácticos de meditación para liberar a una minoría de individuos de cuelgues psicológicos y condicionamientos culturales. El budismo institucional ha estado claramente dispuesto a aceptar o a ignorar las desigualdades y las tiranías bajo el sistema político que fuera. Es tal vez la muerte del budismo, puesto que es la muerte de toda forma significativa de compasión. La sabiduría sin compasión no siente dolor.



Aquellas personas que se interesan por el desarrollo del budismo en los Estados Unidos y por la interacción Oriente-Occidente leerán con interés este texto del poeta Gary Snyder, aparecido hace ya más de cuarenta años. Bajo un título provocador, Gary Snyder introdujo en él las bases de un Budismo Socialmente Comprometido que, después, no ha cesado de influenciar al budismo americano.
El texto fue publicado en 1961 bajo el título "Buddhist Anarchism" ("Anarquismo budista") en el Journal for the Protection of All Beings (n° 1, City Lights, 1961). Una versión revisada apareció bajo el nuevo título "Buddhism and the Coming revolution" ("El budismo y la revolución venidera") en una de las obras de Snyder, Earth House Hold (New Directions, 1969): "Siendo problemático el término de anarquismo, algunos años después, he revisado y dado un nuevo título al texto. En los años cincuenta, en San Francisco, entendíamos por anarquismo una filosofía no-violenta de autogestión y comunitarismo. Pero varios acontecimientos, como los atentados de bomba del siglo diecinueve, son atribuidos a los anarquistas. Supongo que siempre ha habido dos corrientes anarquistas, la violenta y la pacifista."
Una tercera versión titulada "Buddhism and the Possibilities of a Planetary Culture" ("Budismo y las posibilidades de una cultura planetaria") fue publicada más tarde en varias obras (The Path of Compassion : Writings on Socially Engaged Buddhism, ed. Fred Eppsteiner, Parallax Press, 1985, Deep Ecology, ed. Bill Devall & George Sessions, Peregrine Smith, 1985).
Aquí publicamos la segunda versión de 1969. Reproducido con la amable autorización de Gary Snyder.


Hoy en día, ya nadie puede ser inocente o permanecer en la ignorancia de la naturaleza de los gobiernos actuales, de la política y de los órdenes sociales. Los regimenes del mundo moderno mantienen su existencia mediante una avidez y un miedo deliberadamente conservados: extorsiones monstruosas de protección. "El mundo libre" se ha vuelto económicamente dependiente de un sistema increíble de incitación a una avidez que no puede ser colmada, a una sexualidad que no puede ser satisfecha y a un odio que no puede ser expresado salvo contra uno mismo, las personas que se supone que amamos o las aspiraciones revolucionarias de las lamentables sociedades marginales, afectadas por la pobreza, como Cuba o Vietnam. Las condiciones de la guerra fría han transformado todas las sociedades modernas – incluidas las comunistas – en viciosos distorsionadores del verdadero potencial humano. Engendran poblaciones de "preta" – esos fantasmas hambrientos con un apetito de gigante y una garganta no más amplia que una aguja. La tierra, los bosques y toda la vida animal son utilizadas por esos colectivos cancerosos que deshonran el aire y el agua del planeta.
No hay nada en la naturaleza humana o en las condiciones necesarias de las organizaciones sociales humanas que exija en su fondo que una cultura sea contradictoria, represiva y productora de una humanidad violenta y frustrada. Recientes descubrimientos antropológicos y psicológicos lo demuestran de manera cada vez más evidente. Podemos verlo nosotros mismos mediante una correcta percepción de la naturaleza propia o a través de la meditación. Una vez que una persona ha desarrollado esta confianza y esta intuición, esto debe llevarla a un interés real por la necesidad de un cambio social radical mediante una serie de medios que esperamos no sean violentos.
La pobreza gozosa y voluntaria del budismo se convierte en una fuerza positiva. Su tradicional no-violencia y su rechazo a quitar la vida, sea cual sea su forma, tiene implicaciones estremecedoras para las naciones. La práctica de la meditación, que sólo necesita "la tierra bajo los pies", limpia esos montones de inmundicia que nos han sido vertidos en la mente por los medios de comunicación y las universidades de pacotilla. Creer que la realización tranquila y generosa del deseo natural de amar es posible destroza las ideologías que ciegan, mutilan y reprimen. Esta realización abre la vía a un tipo de comunidad que asombraría a los "moralistas" y que transformaría armadas de hombres que son guerreros feroces por no haber podido ser personas afectuosas.
La filosofía budista del Avatamsaka (Kegon) ve el mundo como una amplia red interconectada en la cual todos los objetos y los seres son necesarios e iluminados. Desde cierto punto de vista, los gobiernos, las guerras y todo lo que consideramos "malo" está, sin duda, dentro de esta globalidad. El halcón, el vuelo en picado y la liebre son uno. Desde el punto de vista "humano", no podemos vivir en estas condiciones a menos que todos los seres vean con los mismos ojos despiertos. El bodisatva vive según la vida del que sufre, y debe ser útil ayudando a los que sufren.
La revolución social ha sido la misericordia de Occidente; el despertar personal al yo fundamental/vacuidad, la misericordia de Oriente. Necesitamos ambos. Ambos están contenidos en los tres puntos tradicionales de la vía búdica: la sabiduría (prajña), la meditación (dhyâna), y la moralidad (sîla). La sabiduría es el conocimiento intuitivo del espíritu de benevolencia y de claridad que mora bajo las ansiedades y las agresiones que opera el ego. La meditación es ir al fondo del espíritu para ver todo eso por uno mismo – una y otra vez, hasta que se convierte en el lugar en el que uno mora. La moralidad es llevar todo eso a la forma de vivir, mediante la ejemplaridad personal y la acción responsable, en última instancia hacia la verdadera comunidad (la sangha) de "todos los seres".
Este último aspecto tiene un sentido, para mí, que sustenta toda revolución cultural o económica que se dirige claramente hacia un mundo libre, internacionalizado y sin clases. Significa utilizar medios como la desobediencia civil, la crítica franca, la protesta, el pacifismo, la pobreza voluntara e incluso la violencia suave si se trata de contener a algún reaccionario impetuoso. Significa mantener el espectro de todos los comportamientos individuales no-violentos lo más amplio posible – defendiendo el derecho de los individuos de fumar cannabis, de consumir peyote, de ser polígamo, poliandra o de ser homosexual. Comportamientos y prácticas prohibidas durante largo tiempo por un Occidente judeo-capitalista-cristiano-marxista. Significa respetar la inteligencia y el estudio, pero no bajo su aspecto ávido o como medio para conseguir poder personal. Trabajar bajo la propia responsabilidad, pero querer trabajar en grupo. "Formar la nueva sociedad en la cáscara de la antigua", fue el eslógan del sindicato Industrial Workers of the World hace cincuenta años.
De todas maneras, las culturas tradicionales están condenadas a desaparecer, y más que acercarse desesperadamente a sus buenos aspectos, deberíamos acordarnos de que cualquier cosa que perteneció o que pertenece a otra cultura puede ser reconstruido por el inconsciente a través de la meditación. De hecho, creo que la revolución venidera volverá a cerrar el círculo y nos volverá a unir de diferentes maneras con los aspectos más creativos de nuestro pasado ancestral. Con un poco de suerte, finalmente podremos llegar a una cultura mundial totalmente integrada que comprenderá una transmisión matrilineal, un casamiento bajo todas sus posibilidades, economía comunista de crédito natural, menos industrias, mucha menos gente y más parques nacionales.
Gary Snyder, 1961, 1969.

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