lunes, 21 de diciembre de 2009
domingo, 20 de diciembre de 2009
EDMUNDANDONOS CON EDMUNDO DE ORY
no sueño nada en detrimento mío,
la corona que tengo en la cabeza
la soporto con gran resignación,
soy un rey desterrado en un retrete,
no tengo pantalones y me escondo
debajo de mi cama muerto de hambre,
me alimento de muchas musarañas,
la casa apuntalada de mis versos
es todo mi dominio personal,
y se orina mi alma por mis ojos,
si medito me duermo en un rincón
y el sueño que podía serme útil
se mete en una pierna y no sé en cuál,
mi candor, mi paciencia, mi descuido,
busco trabajo y pierdo mi salud
rezando mientras subo la escalera. "
POEMAS P O E M A S
y este soñar de nuevo envuelto en brumas
y no saber si son lunas o espumas
lo que mueve este mundo tan grande y tan pequeño
Y este ver tristemente cada día encarnada
nuestra vida en el tiempo y nuestro rastro
de carne en el olvido y sólo queda el astro
en todo este misterio del todo y de la nada
Y la vida no es sólo una interrogación
No es sólo ese guarismo de serpiente lasciva
que al morderse la cola una soga nos lega
La vida es una letra de inmenso corazón
que levanta sus brazos frágiles hacia arriba
clamando de continuo
¡La vida es una Y!
domingo, 13 de diciembre de 2009
OTRA RESPUESTA
EPIGRAFE PARA LOS PARTISANOS
DE VALENZA, 1957
Esta piedra
recuerda los Partisanos de Valenza
y aquellos que lucharon en su tierra,
caìdos en combate, fusilados, asesinados
por alemanes y los gregarios de las precarias milicias italianas.
Su número es grande.
Aquí los contamos uno por uno tiernamente
llamándolos con nombres juveniles
uno por uno.
No maldecir, eterno extranjero en tu patria,
y tu saluda, amigo de la libertad.
Su sangre aún está fresca, silencioso
su fruto.
Los héroes se han vuelto hombres: suerte
para la civilización. De estos hombres
no quede nunca pobre Italia.
(en apoyo a Aminatu Haidar)
.
martes, 1 de diciembre de 2009
Salvatore Quasimodo "Forse il cuore"
Sprofonderà l'odore acre dei tigli
nella notte di pioggia. Sarà vano
il tempo della gioia, la sua furia,
quel suo morso di fulmine che schianta.
Rimane appena aperta l'indolenza,
il ricordo d'un gesto, d'una sillaba,
ma come d'un volo lento d'uccelli
fra vapori di nebbia. E ancora attendi,
non so che cosa, mia sperduta; forse
un'ora che decida, che richiami
il principio o la fine: uguale sorte,
ormai. Qui nero il fumo degli incendi
secca ancora la gola. Se lo puoi,
dimentica quel sapore di zolfo,
e la paura. Le parole ci stancano,
risalgono da un'acqua lapidata;
forse il cuore ci resta, forse il cuore...
salvatore quasimodo, la humana tristeza
La inteligencia, la muerte, el sueño,
niegan la esperanza. En esta noche,
en Brasov, en los Cárpatos, entre árboles
ajenos, busco en el tiempo
a una mujer amada. El calor quiebra
las hojas de los álamos
y me digo palabras que no conozco,
reverso de tierra de la memoria.(1)
Un oscuro jazz, canciones italianas
zozobran en el color de las pupilas.
En el estruendo de las fuentes
se ha perdido tu voz:
basta un día para equilibrar el mundo.
(1) derramo tierras de memoria
Basta un giorno a equilibrare il mondo. L’intelligenza la morte il sogno / negano la speranza. In questa notte /a Brasov nei Carpazi, fra alberi / non miei cerco nel tempo / una donna d’amore. L’afa spacca / le foglie dei pioppi ed io / mi dico parole che non conosco, / rovescio terre di memoria. / Un jazz buio, canzoni italiane / passano capovolte sul colore degli iris. / Nello scroscio delle fontane / s’è perduta la tua voce: / basta un giorno a equilibrare il mondo.
lunes, 30 de noviembre de 2009
la voces de todo el silencio
Leer y escuchar los poemas de Dylan Thomas es un autentico placer, es volar sobre una de las voces mas entrañables del siglo XX. Único en sus potentes imagenes, donde los mitos cotidianos de la infancia, de la aldea originaria, las imagenes sagradas que sin remedio empapan los sueños colectivos, aquellas melodías populares acarreando sin cesar el alma de la naturaleza y sus fuerzas siempre amenazantes o favorables, siempre como reto y sacrificio para el campesino, imagen hoy en ciernes de desaparecer, al menos en este estúpido tinglado que el capitalismo levanta, llenando de soledades y desolaciones nuestra vida cotidiana, ya que al no ser ocupado por otras estructuras que potentes, sostenga la emoción de vivir y morir sin pausa; las baladas de los poetas que le precedieron, W. Blake, Jhon Donne, Shakespeare... esa poesía en lengua inglesa tan autoabastecida como influyente, tan recóndita y sonoramente tradicional como universalista, Dylan Thomas se haré eco de todo ello y de la dimensión profética de los sermones que zarandeaban la inocencia y las ansias de pastorear las palabras, criarlas, domarlas, tallarlas, volarlas, rumiar y masticar su música y su silencio, la voz y la palabra como piel del mundo sera la materia prima de sus poemas.
Poemas que como el dijo, no los entendía ni su madre. No hay nada que entender, escucharlos es pavimentar los días con la carne de los misterios y las certezas que nos habitan, con la brutal bondad de la tierra.
Dice Dylan Thomas, literalmente, hablando de la oscuridad de su poesía: "esta oscuridad esta muy manida pues se basa en un simbolismo establecido que se deriva del significado cósmico de la anatomía humana"
Yo pienso que la poesía de Thomas nos cose con música a los huesos de la vida. Comerla con los oídos de inventar la vida y dejar que nos voltee la miseria y el miedo que tan feraz crecen en el corazón cercado por mezquinas inversiones en necios paraísos.
No hay mas paraíso que nuestra bondad, la máxima expresión de la inteligencia.
Sus poemas avalan lo inútil contra lo rentable, la generosidad de soñar juntos contra la manía estéril de hacer de la vida una pesadilla donde la abundancia es la expresión mas alta de la miseria.
Todos los poemas, la poesía, son producto de la destilación magnifica del dolor y de la muerte, de la ignorancia y del miedo. Es la voz de todo el silencio
domingo, 29 de noviembre de 2009
jueves, 26 de noviembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
sábado, 21 de noviembre de 2009
Dylan Thomas "Death Shall Have No dominion" Poem Animation
And Death Shall Have No Dominion
And death shall have no dominion.
Dead mean naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.
And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan't crack;
And death shall have no dominion.
And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.
Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío.
LA COLINA DE LOS HELECHOS (FERN HILL)
Now as I was young and easy under the apple boughs
About the lilting house and happy as the grass was green,
The night above the dingle starry,
Time let me hail and climb
Golden in the heydays of his eyes,
And honoured among wagons I was prince of the apple towns
And once below a time I lordly had the trees and leaves
Trail with daisies and barley
Down the rivers of the windfall light.
And as I was green and carefree, famous among the barns
About the happy yard and singing as the farm was home,
In the sun that is young once only,
Time let me play and be
Golden in the mercy of his means,
And green and golden I was huntsman and herdsman, the calves
Sang to my horn, the foxes on the hills barked clear and cold,
And the sabbath rang slowly
In the pebbles of the holy streams.
All the sun long it was running, it was lovely, the hay
Fields high as the house, the tunes from the chimneys, it was air
And playing, lovely and watery
And fire green as grass.
And nightly under the simple stars
As I rode to sleep the owls were bearing the farm away,
All the moon long I heard, blessed among stables, the nightjars
Flying with the ricks, and the horses
Flashing into the dark.
And then to awake, and the farm, like a wanderer white
With the dew, come back, the cock on his shoulder: it was all
Shining, it was Adam and maiden,
The sky gathered again
And the sun grew round that very day.
So it must have been after the birth of the simple light
In the first, spinning place, the spellbound horses walking warm
Out of the whinnying green stable
On to the fields of praise.
And honoured among foxes and pheasants by the gay house
Under the new made clouds and happy as the heart was long,
In the sun born over and over,
I ran my heedless ways,
My wishes raced through the house high hay
And nothing I cared, at my sky blue trades, that time allows
In all his tuneful turning so few and such morning songs
Before the children green and golden
Follow him out of grace.
Nothing I cared, in the lamb white days, that time would take me
Up to the swallow thronged loft by the shadow of my hand,
In the moon that is always rising,
Nor that riding to sleep
I should hear him fly with the high fields
And wake to the farm forever fled from the childless land.
Oh as I was young and easy in the mercy of his means,
Time held me green and dying
Though I sang in my chains like the sea.
FERN HILL
Cuando era joven y libre bajo las ramas del manzano
en torno de la casa cantarina, y feliz como verde era el pasto,
la noche sobre la cañada, llena estaba de estrellas,
el tiempo me dejaba dar voces y trepar
dorado hasta el apogeo de sus ojos,
y venerado entre carros, era yo el príncipe de las ciudades de manzanas
y alguna vez con todo señorío, hice que hojas y árboles
se arrastraran con margaritas y cebada
hacia abajo en los ríos alumbrados por las frutas caídas.
Y como era tierno y despreocupado, famoso en los graneros
en torno del patio alegre y cantaba porque la granja era mi hogar,
al sol que es joven apenas una vez,
el tiempo me dejaba jugar
y ser dorado en la gracia de sus poderes,
y tierno y dorado era yo cazador y pastor, los becerros
cantaban a la voz de mi cuerno, en las lomas los zorros ladraban con clara y fría voz
y el domingo sonaba despacio
en los guijarros de los sagrados arroyos.
Todo el trayecto del sol era un deleite, una carrera,
los campos de heno altos como la casa, las tonadas de las chimeneas, era el aire
y un juego lleno de belleza y agua
y el fuego verde como pasto.
Y de noche, bajo estrellas ingenuas
mientras cabalgaba hacia el sueño las lechuzas se robaban la granja
todo el trayecto de la luna, entre establos bendito, oía a las aves nocturnas
volar entre las parvas y veía caballos
como relámpagos en la oscuridad.
Y luego despertar, la granja regresaba como un vagabundo
blanco de rocío, con el gallo en su hombro, era todo
brillante, era Adán y su virgen
y el cielo de nuevo se formaba
y el sol creció redondo aquel preciso día.
Así debió haber sido luego de nacer la pura luz
en el primer lugar donde se hiló, caballos hechizados y fogosos
saldrían del verde establo lleno de relinchos
hacia los campos de alabanza.
Y venerado entre zorros y faisanes junto a la casa alegre
bajo las nubes recién hechas y feliz como era interminable el corazón,
en el sol tantas veces nacido
yo corría por mis caminos alocados
mis deseos se desbocaban a través del heno alto como la casa
y nada me importaba, en mi celeste tráfico, pues el tiempo
en su giro melodioso, concede tan pocos cantos así de mañaneros
antes que los muchachos tiernos y dorados
lo sigan hasta perder la gracia.
En esos días blancos como corderos no me importaba que el tiempo me llevara
hasta el desván lleno de golondrinas, tomándome por la sombra de mi mano
en la luna que siempre se levanta,
ni que cabalgando hacia el sueño
llegara a oír su fuga entre los altos campos
y despertara ante la granja borrada para siempre de ese país sin niños.
Oh, mientras fui joven y libre en la gracia de sus poderes
el tiempo me sostenía tierno y moribundo
aunque cantara en mis cadenas, como el mar.
Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell
viernes, 20 de noviembre de 2009
DYLAN THOMAS: revolviendo entre sus versos
Siempre me interesó la correspondencia de los poetas como punto de partida para analizar su pensamiento. En una de sus cartas a los 19 años Dylan dice: "no catalogar mi cerebro en compartimentos separados, es decir no diferenciar lo que en mí escribe poesía de lo que dice llega la una, es hora de comer" (1). Dylan Thomas expresa claramente que nunca miró la realidad fragmentada, había una unidad: hombre-planeta-cosmos. A él no le costaba "poetizar" si en este término un tanto confuso mezclamos: imaginación, ingenio, capacidad fabuladora y metafórica, sentido rítmico y pictórico. Sin embargo el ambiente social europeo se llenaba de pesimismo; la crisis económica golpeaba Inglaterra, los vientos de guerra estaban a la vuelta de la esquina. Corría el año 1934 y el destino de Occidente era cada día más incierto.
A los veinte años, después de la publicación de 18 Poemas en una carta dice: "Han pasado los días fértiles y ahora cada poema es el más duro y desgraciado acto de creación (...) Cada día me pongo más oscuro. Me da dolor físico escribir un poema. Siento que todos los músculos se me contraen cuando trato de arrancar las palabras arremolinadas alrededor de mis eternas ideas sobre la importancia de la muerte en la vida." (2)
Para Thomas, la poesía del misterio humano era la única posible, buscaba expresar el tumulto multifacético de la vida, el tránsito humano por la luz entre dos oscuridades latentes: la anterior al nacimiento y la que se posterga más allá de la muerte.
Sus grandes ídolos literarios fueron los poetas herméticos ingleses e irlandeses: William Blake, William Butler Yeats, James Joyce, el libro de la Biblia y parte de los conocimientos de Freud. El uso constante de ciertos símbolos en su poesía lo confirman: animales, pájaros, árboles, los cuatro elementos, el movimiento de las cosas vivas, las cuatro estaciones. Mezclados con imágenes bíblicas, ecos de la cábala y la alquimia, haciendo analogías con el psicoanálisis: el útero como comienzo de la vida, el erotismo como fuente primigenia. Versos como: "La voz del arpa del polvo del agua se aferra al repliegue de los campos" o "aquellas que un invierno de carne de gallina amaron el cielo convertido en hojas" (3) no podían menos que concederle una fama de poeta oscuro.
Cuando se murió hubo necrológicas como: "espíritu inmortal que creó un lenguaje y se burló de la grandilocuencia". Es una suerte poder decir ahora que sólo fue un poeta que amó desesperadamente a los hombres y a las palabras, y que se mató cuando ya no fue capaz de emitir las imágenes que fueran la representación más fiel de si mismo.
___________
(2) "Cartas".
(3) "Poemas 1934-1952", Colección Visor de Poesía. (Madrid, 2000)
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Y el poeta, su voz, nombra el mundo...
And death shall have no dominion.
Dead mean naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.
And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan't crack;
And death shall have no dominion.
And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.
Dylan Thomas (1914-1953)
" Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío. "
Supongo, Dylan Thomas
Dylan Thomas
DO NOT GO GENTLE INTO THAT GOOD NIGHT (NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA BUENA NOCHE)
Do not go gentle into that good night
Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.
Though wise men at their end know dark is right,
Because their words had forked no lightning they
Do not go gentle into that good night.
Good men, the last wave by, crying how bright
Their frail deeds might have danced in a green bay,
Rage, rage against the dying of the light.
Wild men who caught and sang the sun in flight,
And learn, too late, they grieved it on its way,
Do not go gentle into that good night.
Grave men, near death, who see with blinding sight
Blind eyes could blaze like meteors and be gay,
Rage, rage against the dying of the light.
And you, my father, there on the sad height,
Curse, bless, me now with your fierce tears, I pray.
Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light.
No entres dócilmente en esa buena noche,
Que al final del día debería la vejez arder y delirar;
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Aunque los sabios entienden al final que la oscuridad es lo correcto,
Como a su verbo ningún rayo ha confiado vigor,
No entran dócilmente en esa buena noche.
Llorando los hombres buenos, al llegar la última ola
Por el brillo con que sus frágiles obras pudieron haber danzado en una verde bahía,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.
Y los locos, que al sol cogieron al vuelo en sus cantares,
Y advierten, demasiado tarde, la ofensa que le hacían,
No entran dócilmente en esa buena noche.
Y los hombres graves, que cerca de la muerte con la vista que se apaga
Ven que esos ojos ciegos pudieron brillar como meteoros y ser alegres,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.
Y tú, padre mio, allá en tu cima triste,
Maldíceme o bendíceme con tus fieras lágrimas, lo ruego.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
martes, 10 de noviembre de 2009
ROSALIA DE CASTRO, as razóns da saudade
ese nome que levás
cal si a unha moura ben moura
branca lle oíse chamar.
Non Follas novas, ramallo
de silvas e toxos sós,
hirtas coma as miñas penas,
feras, coma a miña dor.
Sin olido nin frescura,
bravas magoás e ferís...
¡Si na gándara brotades,
cómo non serés así!
lunes, 9 de noviembre de 2009
ROSALIA, Y LA NEGRA SOMBRA DE SU IRREDENTA MELANCOLIA
Negra sombra
Cando penso que te fuches
negra sombra que me asombras
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa
Cando maxino que es ida
no mesmo sol te me amostras
i eres a estrela que brila
i eres o vento que zoa
Si cantan, es ti que cantas
si choran, es ti que choras
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora
En todo estás e ti es todo
pra min i en min mesma moras
nin me dexarás nunca
sombra que sempre me asombras.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Y ya que Otoño y Noviembre arrean muerte de hojas y de olvido
(fragmento)
Preguntéle quién era y díjome:
-La Muerte.
-¿La Muerte?
Quedé pasmado, y apenas abrigué en el corazón algún aliento para respirar, y muy torpe de lengua, dando trasijos con las razones, la dije:
-¿Pues a qué vienes?
-Por ti-dijo.
-¡Jesús mil veces! Muérome, según eso.
-No te mueres-dijo ella-. Vivo has de venir conmigo a hacer una visita a los difuntos, que pues han venido tantos muertos a los vivos, razón será que vaya un vivo a los muertos y que los muertos sean oídos. ¿Has oído decir que yo ejecuto sin embargo? Alto; ven conmigo.
Perdido de miedo le dije:
-¿No me dejarás vestir?
-No es menester -respondió-, que conmigo nadie va vestido, ni soy embarazosa. Yo traigo los trastos de todos, porque vayan más ligeros.
Fui con ella donde me guiaba, que no sabré decir por dónde, según iba poseído del espanto. En el camino la dije:
-Yo no veo señales de la muerte, porque a ella nos la pintan unos huesos descarnados con su guadaña.
Paróse y respondió:
-Eso no es la muerte, sino los muertos o lo que queda de los vivos. Esos huesos son el dibujo sobre que se labra el cuerpo del hombre; la muerte no la conocéis, y sois vosotros mismos vuestra muerte, tiene la cara de cada uno de vosotros y todos sois muertes de vosotros mismos; la calavera es el muerto y la cara es la muerte y lo que llamáis morir es acabar de morir y lo que llamáis nacer es empezar a morir y lo que llamáis vivir es morir viviendo, y los huesos es lo que de vosotros deja la muerte y lo que le sobra a la sepultura. Si esto entendiérades así, cada uno de vosotros estuviera mirando en sí su muerte cada día, y la ajena en el otro, y viérades que todas vuestras casas están llenas della y que en vuestro lugar hay tantas muertes como personas, y no la estuviérades aguardando, sino acompañándola y disponiéndola. Pensáis que es huesos la muerte y que hasta que veáis venir la calavera y la guadaña no hay muerte para vosotros, y primero sois calavera y huesos que creáis que lo podéis ser.
-Dime -dije yo-: ¿qué significan estos que te acompañan, y por qué van, siendo tú la muerte, más cerca de tu persona los enfadosos y habladores que los médicos?
Respondióme:
-Mucha más gente enferma de los enfadosos que de los tabardillos y calenturas, y mucha más gente matan los habladores y entremetidos que los médicos. Y has de saber que todos enferman del exceso o destemplanza de humores, pero lo que es morir, todos mueren de los médicos que los curan, y así no habéis de decir cuando preguntan: ¿de qué murió fulano?, de calentura, de dolor de costado, de tabardillo, de peste, de heridas; sino, murió de un Doctor tal, que le dio de un Doctor cual. Y es de advertir que en todos los oficios, artes y estados se ha introducido el don, en hidalgos, en villanos; yo he visto sastres y albañiles con don, y ladrones y galeotes en galeras. Pues si se mira en las ciencias, en todas hay millares. Solo de los médicos ninguno ha habido con don, pudiéndolos tener muchos más: todos tienen don de matar y quieren más don al despedirse que don al llamarlos.
En esto llegamos a una sima grandísima, la Muerte predicadora y yo desengañado. Zabullóse sin llamar, como de casa, y yo tras ella, animado con el esfuerzo que me daba mi conocimiento tan valiente. Estaban a la entrada tres bultos armados a un lado y otro monstruo terrible enfrente, siempre combatiendo entre sí todos y los tres con el uno y el uno con los tres. Paróse la Muerte y díjome:
-¿Conoces esta gente?
-Ni Dios me la deje conocer -dije yo.
-Pues con ellos andas a las vueltas -dijo ella- desde que naciste; mira cómo vives -replicó-: estos son los enemigos del hombre: el Mundo es aquel, este es el Diablo y aquella la Carne.
Y es cosa notable que eran todos parecidos unos a otros, que no se diferenciaban. Díjome la Muerte:
-Son tan parecidos que en el mundo tenéis a los unos por los otros. Piensa un soberbio que tiene todo el mundo y tiene al diablo; piensa un lujurioso que tiene la carne y tiene al demonio, y ansí anda todo.