CONVOY ATLANTICO-FERROL-TRISTEZA
Aquí el cielo
escarba en la tierra
un mar
donde la luz
se hincha
hasta alcanzar los labios.
Aquí donde los trenes mueren
la sal conserva
todos los cadáveres
de este sol
que el mar devuelve
al impávido asombro
de una pintura
sobre papel de arroz.
Mi corazón varado
calla
dejando en manos de los buques
en sus largas vocales
de mansas reses
todos los cuentos que en mi hijita
salvo la luna.
EL MAR
ABACO
DE OLAS
ASI,
solo la ceniza
tinta indeleble de la nada
tiene tratos de tú a tú
con la esperanza
o
con este árbol
que la brisa
del crepúsculo
poda
entre mis dedos.
BAJAMAR
Buenos contables son
las gaviotas
contando cadáveres de olas
EN BENARES LAS VACAS
trenes perezosos
UN ACANTILADO
Es una criatura expulsada
que se pasa los Siglos
aconsejando paraísos
a los pájaros sin sueño.
LISBOA, UN INVIERNO
un tajo en el cielo.
Apresurados trazos
ponen barcos de lápiz
en la boca del mar.
Es de día
es por la tarde
unos niños juegan entre
los escombros limpísimos del frío
Siempre pasa un tranvía
y siempre una muchacha
cultiva en sus cristales melancolía
Lisboa es pareja del fuego
o son las cenizas del mar?
Pero por sus calles combadas
cruzan gatos
que se disuelven en las esquinas.
Alguien lava sus azulejos
en esta lluvia tan celosa de la luz.
Siempre hay un rincón
donde la ropa canta
y las manos que allí anidan.
Todo el cielo para estas jarcias
es lo que dicen
estas fachadas, estas trastiendas del mar.
Después,
siempre nos queda
volver rasantes a la lentitud
del café
ese, con las luces sumergidas
en la pequeña taza
de tus manos.
HAY UNA POBLACIÓN DE HUMO
que parte de noviembre
habita
naves invertidas
con quillas de pizarra
verdaderamente sabe
de este mar al rojo vivo
donde el barro ayunta
con las uvas del tiempo.
Bajo un cielo de nubes aturdidas
reverdecen los grumos del frío
mientras las aldeas fondean
en los mensajes renovados del humo.
Alguien sueña sobre la lumbre
bahías esmaltadas
historias de otras tribus
tatuadas de caminos
y chasquidos de otros árboles
o con los mostos
de una estación
sin horas
día florido
de Todos los Santos.
Sin embargo, sólo los niños
son contables
de este caudal abierto
en los sueños
oscuro río de semillas
con el que trazas
la nómada canción de tus patrias.
No olvides
la población del humo
el amarillo vacío de esta imagen
que cada día
burla tu caza
dejando entre tus dedos
el humo emboscado
de la infancia.
EL DESIERTO
y el camello
se copian al caer la tarde.
LOS CAMINOS EN EL DESIERTO
Y LOS GATOS
plagian los lomos
de los gatos;
y al caer la tarde
consentidas se arquean
bajo los dedos del mar,
azulejos del ocaso.
LOS OPERARIOS EGIPCIOS
han tensado las cuerdas
Los cuatro mástiles sostienen
la cúpula alargada
Y un nido de cuerdas
y nudos
desenrolladas escalas
ajustados los cabos
Está listo el espacio
para los triples saltos mortales
la virgen obscena
que se deja cortar en dos
o los caballos blancos
de descarados astros negros
Los operarios egipcios
recorren indiferentes
la zona encantada
y se retiran con frecuencia
a las rulotes
durante la función.
vendrá
la muerte
de los espejos
Un cementerio encantado
La inversión del silencio
El rumor resplandeciente
Y llegará este tiempo
en el que los espejos
tengan
sus imposibles cementerios.
LA MEMORIA BARRIDA
Y blanca
Mira
Mientras
prodigiosos
Los soles siguen su rutina.
EL VIAJE ES EL REGRESO
el único presente que el viajero porta
no son los países que ha conocido
ni las viejas esquinas de las ciudades
ni las ciudades lejanas y desconocidas
sino el regreso desmesurado
y la inconclusa partida
el relato de sus mapas
las rutas incendiadas del destino
es multitud de muertes y de vidas
la memoria radiante de los días
como ceñidas olas del recuerdo
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