lunes, 17 de diciembre de 2018

adrienne rich. cartografías del silencio

de sibilas y pitias: adrienne rich. cartografías del silencio: Cartografías del silencio  1 . Una conversación comienza con una mentira, y cada hablante de la supuesta lengua común sien...

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Cartografías del silencio

 1.
Una conversación comienza
con una mentira, y cada

hablante de la supuesta lengua común siente
cómo los témpanos se parten, se separan

impotentes, como si se enfrentaran
a una fuerza de la naturaleza.

Un poema puede comenzar
con una mentira. Y romperse.

Una conversación tiene otras leyes
se recarga con su propia

energía falsa, no se puede romper.
Se mete en nuestra sangre. Se repite a sí misma.

Inscribe con su estilete no retornable
el aislamiento que niega.

2.
La emisora de música clásica
suena hora tras hora en el departamento

levantar y levantar
y otra vez levantar el teléfono.

Las sílabas que dicen
el viejo guión sin parar.

La soledad del mentiroso
que vive en la red formal de la mentira

girando el dial para ahogar el terror
debajo de la palabra no dicha.

3.
La tecnología del silencio
los rituales, la etiqueta

la confusión de los términos
silencio no ausencia

de palabras o música o incluso
sonidos en bruto.

El silencio puede ser un plan
ejecutado con rigor

la trama de una vida.

Es una presencia
tiene una historia una forma.

No lo confundas
con cualquier tipo de ausencia.

4.
Qué calmas, qué inofensivas comienzan
a parecerme estas palabras

aunque iniciadas en el dolor y la ira.
¿Puedo atravesar esta película del abstracto

sin herirme a mí misma o a ti?
Hay suficiente dolor acá.

¿Es esta la razón por la que suena la emisora clásica o la de jazz?
¿Para dar sentido a nuestro dolor?

5.
El silencio se desnuda:
en la Pasión de Juana de Dreyer.

el rostro de Falconetti, el pelo rapado, una gran geografía
examinada en silencio por la cámara.

Si hubiese una poesía donde esto pudiera ocurrir
no como espacio en blanco o como palabras

estiradas como una piel sobre los significados
de una noche en la que dos personas hablaron hasta el amanecer.

6.
El grito
de una voz ilegítima

ha dejado de oírse, por lo tanto
se pregunta a sí mismo

¿Cómo existo?

Este era el silencio que quería romper en ti
Tenía preguntas pero no respondiste.

Tenía respuestas pero no las podía usar.
Es inútil para ti y quizás para los demás.

7.
Era un tema antiguo incluso para mí:
El lenguaje no puede todo:

escríbelo con tiza en las paredes de los mausoleos
donde yacen los poetas muertos

Si  cuando el poeta quiere el poema
pudiera convertirse en algo:

un ala de granito al descubierto, una cabeza en alto
encendida por el rocío

Si pudiera simplemente mirarte a la cara
con ojos vacíos, sin dejar que te des vuelta

hasta que tú, y yo que quiero hacer esto,
fuéramos iluminados al fin por su mirada.

8.
No. Déjame tener esta tierra,
estas pálidas nubes adustas y persistentes, estas palabras

moviéndose con precisión feroz
como los dedos de un niño ciego

o la boca del recién nacido
violenta de hambre.

Nadie puede darme, hace tiempo
adopté este método

así como el salvado que cae de la bolsa de red
o de la llama del mechero que se volvió pobre y azul

Si de vez en cuando envidio
la anunciación pura a simple vista

la visio beatifica
si de vez en cuando anhelo convertirme

en el hierofante eleusino
que sujeta una única espiga de cereal

para el regreso al mundo concreto y eterno
que en realidad sigo eligiendo

son estas palabras, estos susurros, conversaciones
donde la verdad se vuelve verde y húmeda una y otra vez.

Adrienne Rich, Baltimore, 1929 – Santa Cruz, 2012
De Cartographies of Silence, Kore Press, Tucson, 1996
Versión © Silvia Camerotto


Cartographies of Silence

 1.
A conversation begins
with a lie. and each

speaker of the so-called common language feels
the ice-floe split, the drift apart

as if powerless, as if up against
a force of nature.

A poem can begin
with a lie. And be torn up.
 
A conversation has other laws
recharges itself with its own

false energy, cannot be torn up.
Infiltrates our blood. Repeats itself.
 
Inscribes with its unreturning stylus
the isolation it denies. 
2.
The classical music station
playing hour upon hour in the apartment

the picking up and picking up
and again picking up the telephone

The syllables uttering
the old script over and over

The loneliness of the liar
living in the formal network of the lie

twisting the dials to drown the terror
beneath the unsaid word

3.The technology of silence
the rituals, etiquette

the blurring of terms
silence not absence

of words or music or even
raw sounds.

Silence can be a plan
rigorously executed

the blueprint of a life.

It is a presence
it has a history a form.

Do not confuse it
with any kind of absence.

4.
How calm, how inoffensive these words
begin to seem to me

though begun in grief and anger.
Can I break through this film of the abstract

without wounding myself or you?
There is enough pain here

This is why the classical or the jazz music station plays?
to give a ground of meaning to our pain?

5.
The silence strips bare:
In Dreyer's Passion of Joan

Falconetti's face, hair shorn, a great geography
mutely surveyed by the camera.

If there were a poetry where this could happen
not as blank space or as words

stretched like skin over meanings
of a night through which two people have talked till dawn. 
6.
The scream
of an illegitimate voice

it has ceased to hear itself, therefore
it asks itself

How do I exist?

This was the silence I wanted to break in you
I had questions but you would not answer.

I had answers but you could not use them
The is useless to you and perhaps to others.

7.
It was an old theme even for me:
Language cannot do everything-

chalk it on the walls where the dead poets
lie in their mausoleums

If at the will of the poet the poem
could turn into a thing

a granite flank laid bare, a lifted head
alight with dew

If it could simply look you in the face
with naked eyeballs, not letting you turn

till you, and I who long to make this thing,
were finally clarified together in its stare.

8.No.
 Let me have this dust,
these pale clouds dourly lingering, these words

moving with ferocious accuracy
like the blind child's fingers

or the newborn infant's mouth
violent with hunger

No one can give me, I have long ago
taken this method

whether of bran pouring from the loose-woven sack
or of the bunsen-flame turned low and blue

If from time to time I envy
the pure annunciation to the eye

the visio beatifica
if from time to time I long to turn

like the Eleusinian hierophant
holding up a single ear of grain

for the return to the concrete and everlasting world
what in fact I keep choosing

are these words, these whispers, conversations
from which time after time the truth breaks moist and green.

INSTANTÁNEAS DE UNA NUERA - ADRIENNE RICH

el placard: INSTANTÁNEAS DE UNA NUERA - ADRIENNE RICH










1.

Vos, antes una belleza de Shreveport,
con el pelo teñido de henna y la piel como un capullo de durazno,
todavía te hacés los vestidos copiando los de esa época,
y tocás un preludio de Chopin
del que dijo Cortot: “recuerdos deliciosos
que flotan como un perfume en la memoria.”

Ahora tu mente, se apolilla como torta de casamiento,
cargada de experiencia inútil, rica
en sospecha, rumores y fantasía,
se desmorona bajo el filo del cuchillo
de los hechos. En la flor de la vida.

Exaltada y furiosa, tu hija
enjuaga las cucharas, crece de otra manera.


2.

Al golpear la cafetera en la pileta de la cocina,
oye a los ángeles recriminarle y mira fuera
el cielo sucio más allá de los jardines rastrillados.
Una semana desde que le dijeron: No tengas paciencia.

Lo siguiente fue: Sé insaciable.
Después: Salvate a vos misma, a otra no podés salvar.
A veces deja que el agua de la canilla le escalde el brazo,
o que un fósforo arda hasta quemarle la uña del pulgar,
o deja la mano encima del pico de la pava
justo en el chorro de vapor. Seguro son ángeles,
porque ya nada la lastima, excepto
la arenilla de cada mañana metiéndosele en los ojos.

3.

Una mujer que piensa duerme con monstruos.
Se convierte en el pico que la sujeta. Y la Naturaleza,
ese baúl espacioso de tempora y mores[1]
con la tapa suelta
se llena de todo eso:    los azahares mohosos,
las pastillas femeninas, los pechos terribles
de Boadicea[2] bajo las orquídeas y las cabezas de zorro.

Dos mujeres atractivas, trenzadas en una pelea,
orgullosas las dos, agudas, sutiles, las oigo gritar
detrás del vidrio repartido y las mayólicas
como Furias arrinconadas lejos de su presa:
La disputa ad feminam, ¡todos los cuchillos viejos
que se me oxidaron en la espalda, los clavo en la tuya,
ma semblable, ma soeur![3]

4.

Reconociéndose muy bien una en la otra:
sus dones no son puro deleite, sino una espina,
el pinchazo afilado ante el mínimo desdén...

Leyendo mientras espera
que se caliente la plancha,
escribiendo, My Life had stood —a Loaded Gun—[4]
en esa despensa de Amherst mientras las mermeladas hierven y se pudren,
o más seguido,
con ojos de hierro y pico y dispuesta como un pájaro,
limpiándolo todo en el depósito de la vida diaria.


5.

Dulce ridens, dulce loquens,[5]
se afeita las piernas hasta que relucen
como un colmillo de mamut petrificado.

6.

Cuando con su laúd Corina canta[6]
ni las palabras ni la música le pertenecen;
nada más el cabello largo que le roza
la cara, solamente la canción
de la seda sobre sus rodillas
y estas
se acomodan en un abrir y cerrar de ojos.

En el aire, temblorosa e insatisfecha ante
una puerta abierta, jaula de jaulas,
decinos, pájaro, vos, máquina trágica—
¿esto es el fertilisante douleur[7]? inmovilizada
por el amor, para vos el único acto natural,
¿estás mejor afilada
para violar los secretos de la bóveda? Nuera, ¿La Naturaleza
te mostró los libros de cuentas
que los hijos de ella no vieron nunca?

7.

“Contar en este mundo incierto con algún refugio
que no pueda ser destruido, es
de importancia primordial.”[8]
                                                     Así escribió
una mujer, en parte valiente y en parte buena,
que peleó contra lo que comprendía en parte.
Pocos hombres alrededor hubieran o podrían haber hecho más,
de ahí que la catalogaran de arpía, alimaña y puta.


8.

“Todas ustedes se mueren a los quince”, dijo Diderot,
y se volvió en parte leyenda, en parte convención.
Sin embargo hay ojos incorrectos que sueñan
detrás de las ventanas nubladas de vapor.
Todo lo que pudimos haber sido,
todo lo que fuimos —fuego, lágrimas,
ingenio, gusto, ambición de mártir— agita
deliciosamente, como el recuerdo del adulterio que no fue,
el pecho agotado y fláccido de nuestra madurez.


9.

No que se haga bien,
pero ¿que por lo menos se haga? [9]¡Sí, pensá
en las posibilidades! U olvidate para siempre.
Este lujo de la niña precoz,
la inválida crónica de “el tiempo es oro”,—
Queridas, si pudiéramos,  ¿renunciaríamos a él?
Nuestra ruina resultó nuestra ventaja:
para nosotras el talento fue suficiente—
brillo en borradores y fragmentos.

No suspiren más, señoras.
El tiempo es macho
y en sus copas brinda por la belleza.
Aturdidas por la galantería, oímos
adular nuestras mediocridades,
la indolencia vista como abnegación,
la desidia, como intuición elegante,
se nos perdona cada lapsus, nuestro único crimen
es proyectar una sombra muy nítida
o romper directamente el molde.

Para eso, el aislamiento,
gas lacrimógeno, bombardeos de dolor.
A ese honor hay pocas aspirantes.


10.

Bueno,
tardó mucho en llegar, la que debe ser
más despiadada consigo misma que la historia.
Con la cabeza de lleno en el viento, la veo zambullirse
y atravesar de pecho la corriente,
atrayendo la luz
tan hermosa, al menos como cualquier chico
o helicóptero
suspendida, llegando,
sometiendo el aire con sus aspas finas 
pero su carga
no será de promesas,
sino entregada
tangible
nuestra.

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